Cómo no ponerse nervioso
Publiqué ya hace días una entrada sobre cómo superar la timidez, pero me ha parecido necesario redactar un artículo dedicado exclusivamente uno de los elementos que "conforman" la timidez, que son lo que llamamos conmunmente y en sentido metafórico "nervios".
El aprender a no ponerse nervioso por cosas que no deberían causarnos temor alguno supone quizás el mayor paso a dar a la hora de superar la timidez.
Cómo siempre, utilizaremos el mismo método explicado en varios artículos de Autoestima Y Superación para lograr este objetivo: Comenzamos con entender y asimilar una serie de conceptos, a continuación realizamos un cambio de actitud, y para rematar, echarle huevos y practicar, meternos en el papel de nuestro "futuro yo" hasta adaptar nuestro comportamiento a nuestro gusto.
Lo primero que quiero hacer que comprendáis del todo es que los nervios que sentimos cuándo nos vemos en una situación comprometida, cuándo tenemos que hablar en público, cuándo hablamos con una persona que nos atrae, cuándo nos vemos en presencia de una autoridad o de alguien que nos imponga, son consecuencia de una mala adaptación de nuestros instintos a la época y sociedad del presente.
El ponerse nervioso, tener miedo o asustarse forma parte de nuestros instintos, tal y cómo comentamos con anterioridad, pues son algo necesario, o más bien lo fueron, para sobrevivir.
Imagínate que un hombre del pasado no se asustase ante la presencia de una serpiente venenosa que lo ha detectado, tendría unas posibilidades de sobrevivir menores que otro hombre al que si le causase miedo, y por tanto huyera de ella. Eso causa que los instintos que provocan el miedo o los nervios se extiendan entre la población y que acompañen al ser humano en su evolución.
Pero los últimos años la evolución se ha topado con un problema: el avance científico y tecnológico de la raza humana ha aumentado exponencialmente su nivel, y es algo para lo que la evolución humana no está del todo preparada.
A diferencia que el resto de animales, nuestro entorno a varíado en un lapso de tiempo tan corto que no nos ha dado ni por asomo tiempo a adaptarnos realmente a él, y cómo consecuencia, algunos de nuestros instintos, cómo es el caso de los nervios, han realizado una "mala adaptación", y se aplican a cosas a las que no debería aplicarse, cómo las ya citadas antes como causantes del miedo y del hecho de ponerse nervioso.
Una vez entendido esto, ya podemos saber sin porblemas que los nervios y miedos que sentimos hacia cosas que no hagan peligrar nuestra integridad física son algo que deberíamos eliminar, y que de hecho vamos a eliminar. Algo que pueda hacer peligrar nuestra integridad es un coche aproximándose a gran velocidad hacia nosotros, no el hablar con la dependienta de una tienda. Hay que "corregir" nuestros instintos, conservándolos para los casos en los que en realidad son necesarios y olvidándolos para todos los que no, que son la gran mayoría de entre todos los que nos encontramos en nuestra vida diaria.
El siguiente paso para aprender a no ponerse nervioso es un cambio de actitud, aplicando lo que acabo de comentar a vuestra forma de pensar, debería de ser algo sencillo. Tu actitud debe pasar a ser la de "si algo no me puede acarrear problemas físicamente, o no va a hacer daño a nadie, no me da miedo ni me pone nervioso nunca", y sobretodo olvidarse del miedo a fracaso, ya que cómo ya hemos explicado en otra entrada, fracasar es bueno, casi tanto cómo obtener resultados positivos, el fracaso es lo único que te puede llevar a lo que en unos años vas a ser, el mejor.
Finalmente, lo que digo siempre, todo es practicar, siempre que tengas ocasión no dejes pasar la posibilidad de ponerte a prueba, hasta que veas que no tienes ningún problema en hacer nada que quieras o debas hacer. ¿Y cuándolo consigas qué? Ya nadie podrá pararte, enhorabuena, estarás ya muy cerca de tu objetivo.
0 comentarios:
Publicar un comentario